El Respeto a la Palabra de Dios

¿Por qué los cristianos debemos tener temor (reverencia, respeto) al leer o enseñar la Palabra de Dios?

Porque la Biblia dice:

“...conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación” (1ª Pedro 1:17)

“Porque recta es la palabra de Jehová...” (Salmos 33:4)

“No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella,para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno... Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó...” (Deuteronomio 4:2 y 5)

La Biblia NO ES MI PALABRA, NI LA DE NINGÚN HOMBRE, ES LA PALABRA DE DIOS, POR ESO DEBEMOS TENER TEMOR O RESPETO CUANDO LA LEEMOS Y ENSEÑAMOS SOBRE ELLA.

“Balaam respondió a Balac: He aquí yo he venido a ti; mas ¿podré ahora hablar alguna cosa? La palabra que Dios pusiere en mi boca, esa hablaré” (Números 22:38).

Después de la experiencia que tuvo Balaam con la manifestación del poder de Dios a través de su asna, aprendió a temblar delante de la Palabra de Dios.

“Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (El Apóstol Pablo- 1ª Corintios 2:3-5).

La Palabra de Dios no se debe estudiar ni enseñar bajo métodos humanos (como las que sugieren diversos eruditos “teólogos” especialmente del anglicanismo y romanismo) sin la guía del Espíritu Santo. Debemos orar antes de leer la Biblia para que Dios nos abra los ojos del entendimiento y podamos mirar las maravillas de su Palabra (leer Salmos 19:18), y después leerla de forma ordenada (leer Isaías 28:9-10).

Igualmente antes de enseñar o predicar debemos buscar la guía del Espíritu de Santo. No podemos confiarnos en que seamos elocuentes o tengamos mucho conocimiento “teológico”, recordemos lo que el Señor Jesucristo les dijo a unos doctores de la ley (los saduceos):

“Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mateo 22.29)

Lamentablemente, hay quienes enseñan siguiendo “modas teológicas” y cegados por las filosofías de eruditos de mundo religioso desconocen lo sublime que es la Palabra de Dios, y sin ningún temor corrigen la Biblia en español Reina-Valera diciendo que “está mal traducida” o que “determinado texto no debería estar en la Biblia”, ignorando el RESPALDO DEL PODER DE DIOS que ha tenido esta traducción hecha por Casiodoro de la Reina (en base a los primeros manuscritos que Dios en SU SOBERANÍA le proveyó: los textos: masorético y “receptus”):

- Millones de almas han sido salvadas por leer o escuchar uno o mas versículos de laBiblia en español versión Reina-Valera.

- Dios la preservó en la gran persecución que por más de 400 años fue objeto de parte de Roma y de algunas sectas protestantes. No podemos negar que es un milagro que esta versión de la Biblia (la más leída y amada por los verdaderos creyentes de hablahispana) haya sobrevivido frente al fuego satánico de aquellos que no deseaban que los pueblos hispanos tuvieran la Palabra de Dios en su lengua. ¿Y por qué sobrevivió milagrosamente la Biblia Reina-Valera? Porque LO QUE ES PALABRA DE DIOS PERMANECE PARA SIEMPRE.

“El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones” (Salmos 33:11)

Un hermano puede citar o comparar versículos con otra versión de la Biblia, para poder entender mejor un pasaje bíblico. Eso es útil, siempre que estemos seguros del origen de la versión o traducción que se está citando (no se fíe de la expresión “traducción del texto original” que aparece en las primeras páginas de algunas versiones modernas). Pero hablar sin temor sobre la Biblia en español que ha tenido el respaldo de Dios por más de cuatro siglos, es delicado porque se está atacando a la base del creyente (especialmente aquellos que en su vida solamente han leído la versión Reina-Valera). Actualmente, existen creyentes afectados por tales enseñanzas temerarias, quienes quedan atrapados por las dudas, como lo expresó un joven con gran tristeza: “Me dicen que lea esta Biblia, pero por otro lado me señalan que está mal traducida, entonces ¿Cómo desean que lea y crea algo que ellos mismos dicen que tiene errores?” Algunos manifiestan su lucha con las dudas que le han sembrado, otros no, guardan silencio y van debilitándose dejando de leer y confiar en la Palabra de Dios... tristemente ¡Han caído en el lazo del Enemigo!

 “...entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” (2ª Pedro 1:20-21)

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (El Señor Jesucristo – Juan 5:39)

Es bueno recordar que Dios en SU BUENA VOLUNTAD (no por voluntad humana) nos ha dado SU PALABRA escrita de una forma milagrosa, utilizando hombres santos, humildes,... lo despreciado del mundo (leer 1ª Corintios 1:26-29). 40 hombres (de todos los estratos sociales y de diferentes épocas) fueron inspirados por Dios y la escribieron en un lapso aproximado de 1500 años, después otros santos se encargaron de copiarla en manuscritos y aunque muchos de estos textos fueron quemados por los romanos y otros no copiados fidedignamente o adulterados por los enemigos de la verdad, Dios en su gran poder sobrenatural preservó lo que verdaderamente es su PALABRA, para que la iglesia desde el principio no tuviera un testimonio defectuoso, sino uno perfecto como perfecto es nuestro Salvador.

“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos”. (Salmos 19:7-8)

Los ataques de Satanás y sus esclavos, contra la Biblia, ahora son más sutiles y peligrosos. Él sabe que la Biblia (la Palabra de Dios) es la base de los verdaderos cristianos, si la base de un edificio es golpeada o debilitada el edifico caerá, PERO los cristianos debemos estar firmes y afianzados en la Palabra de Dios, porque nuestra base nunca caerá, podemos caer (ser robados y confundidos por Satanás) si rendimos nuestros oídos a las filosofías y estudios humanos (manipulados por Satanás y Roma) que como la flor del campo, a pesar de su “hermosura” muere; pero el que permanece en la Palabra de Dios no caerá (será prosperado en su alma)...

Están surgiendo modernas “biblias”, de las cuales algunas son adulteraciones de la Palabra de Dios, detrás de su producción están “eruditos del mundo religioso” ciegos guías de ciegos. Las “modernas congregaciones seudocristianas” (por ejemplo, los autodenominados “cristianos gay”) tienen en común un desprecio por la versión Reina Valera 1960 (y las revisiones anteriores) y una simpatía por las modernas versiones.

 “Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él” (1ª Juan 3:24)

“...siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” (1ª Pedro 1:23-25)

“Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, Y seas hallado mentiroso” (Proverbios 30:5-6)

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2ª Timoteo 3:16-17)

Recordemos que la verdadera Palabra de Dios en su plenitud, lleva al hombre al arrepentimiento, a la salvación, a una vida santa, a una vida de amor, humildad, gozo... una vida útil para Dios. Lea su Biblia, ame su Biblia (Reina-Valera).

“Sumamente pura es tu palabra, y la ama tu siervo” (Salmos 119:140)